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Escrevo para não enlouquecer. Para me divertir também, e para ter prazer. Tenho um prazer imenso em escrever. Escrevo para me salvar. Mas me salvar do quê? Será que alguém sabe por que escreve, por que faz música? Porque alguma coisa empurra a gente.

Por Ignácio de Loyola Brandão

LA LLUVIA La lluvia tiene un vago secreto de ternura, algo de soñolencia resignada y amable, una música humilde se despierta con ella que hace vibrar el alma dormida del paisaje. Es un besar azul que recibe la Tierra, el mito primitivo que vuelve a realizarse. El contacto ya frío de cielo y tierra viejos con una mansedumbre de atardecer constante. Es la aurora del fruto. La que nos trae las flores y nos unge de espíritu santo de los mares. La que derrama vida sobre las sementeras y en el alma tristeza de lo que no se sabe. La nostalgia terrible de una vida perdida, el fatal sentimiento de haber nacido tarde, o la ilusión inquieta de un mañana imposible con la inquietud cercana del color de la carne. El amor se despierta en el gris de su ritmo, nuestro cielo interior tiene un triunfo de sangre, pero nuestro optimismo se convierte en tristeza al contemplar las gotas muertas en los cristales. Y son las gotas: ojos de infinito que miran al infinito blanco que les sirvió de madre. Cada gota de lluvia tiembla en el cristal turbio y le dejan divinas heridas de diamante. Son poetas del agua que han visto y que meditan lo que la muchedumbre de los ríos no sabe. ¡Oh lluvia silenciosa, sin tormentas ni vientos, lluvia mansa y serena de esquila y luz suave, lluvia buena y pacifica que eres la verdadera, la que llorosa y triste sobre las cosas caes! ¡Oh lluvia franciscana que llevas a tus gotas almas de fuentes claras y humildes manantiales! Cuando sobre los campos desciendes lentamente las rosas de mi pecho con tus sonidos abres. El canto primitivo que dices al silencio y la historia sonora que cuentas al ramaje los comenta llorando mi corazón desierto en un negro y profundo pentagrama sin clave. Mi alma tiene tristeza de la lluvia serena, tristeza resignada de cosa irrealizable, tengo en el horizonte un lucero encendido y el corazón me impide que corra a contemplarte. ¡Oh lluvia silenciosa que los árboles aman y eres sobre el piano dulzura emocionante; das al alma las mismas nieblas y resonancias que pones en el alma dormida del paisaje!

Por Federico García Lorca

Durante aqueles seis anos – quase sete já – em que estivera de volta a Hawkins, aprendera a aceitar o luto e o sofrimento, que aumentavam mais perto das datas comemorativas.

Por Adam Christopher

Pelé, Garrincha e Dadá tinham que ser curriculum escolar.

Por Dadá Maravilha

⁠Em tempos escuros… mantenha sua fé acesa. Ela ilumina o caminho quando os olhos já não conseguem enxergar.

Por Janice F Rocha

⁠No interior de Goiás, um dia o índio me perguntou: “Darcy, quem é que inventou o papel?” Eu tentei explicar como é que faz papel, com madeira e tal… Ele disse: não, não! Papé! Porque você tá ali vivendo, vem um com o papel é o dono.

Por Darcy Ribeiro

Somos estranhos agora. Mas sei que você precisa comer e precisa começar a falar. Porque você só tem a mim.

Por Ferida (filme)

Apocalipse, AP, 5:1, Vi, na mão direita daquele que estava sentado no trono, um livro em forma de rolo escrito por dentro e por fora, e selado com sete selos.

Por Apocalipse, Novo Testamento

O amor tem momentos realmente exaltantes: são as rupturas.

Por Jean Giraudoux

De uma vez por todas, não quero saber muitas coisas. – A sabedoria também traz consigo os limites do conhecimento.

Por Friedrich Nietzsche